martes, 24 de febrero de 2015

Wroclaw: buscando enanitos

Wroclaw o Breslavia fue la primera ciudad que nos acogió en nuestro viaje a Polonia. La ciudad tiene mucho que ver: una plaza que es la segunda mayor del país, el Panorama de Raclawice (un cuadro cilíndrico de 114 metros de largo y 15 de alto), el reloj astronómico del Ayuntamiento... pero de lo que hoy os vamos a hablar es de lo que hicimos para entretener a una turista de 2 años y de cómo tener un mapa propio y la misión de buscar unos gnomos le hicieron sentirse una turista autónoma.

Momento de relax en el Camping Olimpijski (Wroclaw) antes de lanzarnos a visitar la ciudad.



Cuando viajamos buscamos actividades que sean agradables para toda la familia. De la misma manera que a los papás nos apetece de vez en cuando sentarnos en una terraza a tomarnos algo, a la peque le buscamos parques para que corra y juegue con otros niños. Y si estamos en algún lugar en el que hay un parque de atracciones o centro con actividades expresamente dedicadas a los niños, pues allá que nos vamos. Así hicimos en Amsterdam cuando visitamos TunFun o a la vuelta de Polonia cuando pasamos un día de lo más divertido en Playmobil Fun Park.

Wroclaw en este sentido nos lo puso muy fácil: la propia ciudad se puede convertir en todo un escenario de búsqueda de tesoros en forma de enanitos. La historia de estos enanos escondidos por los rincones de la ciudad es la historia de un movimiento pacífico de los años ochenta abanderado por The Orange Alternative y con el que se quería mostrar el desacuerdo con el régimen comunista. Al principio estos enanitos aparecían pintados sobre las manchas que cubrían los eslóganes de la resistencia repartidos por los muros de la ciudad y terminaron por convertise en pequeñas estatuas ubicadas en lugares estratégicos.

Mapa de Wrocalw: descubriendo sus secretos
Lo primero que hicimos fue comprar en la oficina de turismo de la Rynek (plaza principal) un mapa de la ciudad en el que aparece la ubicación de los 79 enanitos de la zona centro (en toda la ciudad hay un total de 150). El mapa nos costó 6 zlt, unos 1,50 euros.

La peque se lo tomó como una labor importantísima y fue toda una aventura ir buscando cada enanito o tropezarnos con alguno por sorpresa.

Uno de los enanitos de Wroclaw, también con su mapa.
Casa de Hansel y Gretel

¿Una copa?
Para Éire tener su propio mapa fue como ser en una niña mayor, le dimos la posibilidad de desarrollar un poco más su autonomía; nos decía qué enano quería ver, nos planificaba la ruta (a su manera), cuando encontrábamos el enano nos contaba qué representaba y su cabecita de 2 años se inventaba un montón de historias sobre por qué estaba allí aquella figura, qué hacía, quiénes eran sus amigos... Desde entonces, cada vez que visitamos un lugar nuevo, le dibujamos un mapa en un papel y Éire se convierte en una experta en hacer recorridos diciéndonos mientras señala su pequeño mapa: "Tenemos que ir por aquí, por aquí, por aquí hasta llegar aquí".

Pequeña gran viajera.

Y vosotros, ¿qué trucos utilizáis para implicar a los peques en vuestros viajes?


2 comentarios:

  1. Una idea genial y ademá se puede poner en práctica sin que haya nada preparado de antemano. quiero decir, que puedes salir a dar una vuelta por la ciudad o por el campo y a medida que andas ver algo y proponer a los niños: ¡A ver quién encuentra un gato!, por ejemplo.
    Y se volverán locos buscándolo cuando lo que hay es un cartel que pone Calle del Gato.
    Para divertirse sólo hacen falta ganas :)

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    1. Pues sí, echarle un poco de imaginación y estar dispuesto a ir a ritmo de niño. Al final, acabas descubriendo cosas en las que no te habrías fijado de no ir con un peque. Nos ha encantado lo de la calle del gato. :)

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